CARTOGRAFÍAS / Abril-mayo 2015 / No. 55



  De La poesía es lo que se pierde en las maletas*

 
 

Casa
Para un cadáver insepulto
La tradición y el talento individual
Mutatis mutandis
Fábula pero verdad
Me llamo Andrés Vázquez Gloria
Se cumplen dieciocho años
Findings
Cangrejos
La misión de un pueblo
Capital y trabajo asalariado
 

Casa
(vía unitiva)

Comprar una casa después de disputársela
a los otros compradores. Reunirse alrededor
del fuego a disfrutar de los pedazos compartidos
de la presa. Comentar la caza, amueblarla:
ordenar los muebles de acuerdo a ciertas
categorías que nadie ha mencionado, una
disposición que sólo los adultos del hogar
mencionan casi de rebote, cuando están
hablando de otros temas y deslizan en un par
de comentarios las decisiones más importantes,
las huellas que van a seguir por el bosque, las
armas a utilizar, las que tendrán que prender
el fuego para la carne una vez que los planos
estén terminados y se hayan mandado a pedir
los materiales: para darle a la casa alcance.



Para un cadáver insepulto
(a los testigos)

No estás tomando demasiado?
Yo creo que estás tomando demasiado.
Qué significa wanton? ¿ponemos
los Cure o The Police? ¿te queda algo?
No, a esta hora no, demás que nos cuelgan.
De aquí a la botillería no llegamos.
De aquí a la botillería no llegamos,
repetí. La del estribo era el título de
un cuento. Pero entonces préstame
ese libro. Puta, no podíh ser tan ganador poh h’ón.
Vamos al Mulato. Al Galindo. Al Lagar.
Y viene la Daniela? Y el Chico? Y la
Anna Ajmàtova, viene con sus hijos?
Estaremos como de costumbre en
compañía de actores? Y quiénes
serán los grandes invitados?
No cambies el tema, por favor
no cambies el tema. Ojo que
fue así durante años.



La tradición y el talento individual
(vía descriptiva)


Diez años después vi a Charlie Berstein
y no le pedí una firma. Diez años después
fui al mismo café donde no hablé
con nadie, salvo la cajera que me agradeció
la propina (diez años atrás no había dejado
nada: he ahí una década. Diez años después
visité los mismos edificios para ver si habían
ganado peso y les dolían las rodillas al caminar

y en la intersección de Houston y Lafayette
se apoyaban con sutileza para que nadie
lo notara en los postes del alumbrado

público porque el dolor de espalda se les
hacía insoportable. Una década en que
Rothemberg ni siquiera ha envejecido,

encorvado y lleno de canas, con la voz
que en ocasiones apenas se sostiene a sí
misma, el anciano de un metro cincuenta
capaz de comerse el escenario y hacer lo

que quisiera con los embobados niuyorkinos
ávidos de etnopoiesis y de autores mexicanos
bailando en la tarima y en inglés, diez
veces muertos y cien mil veces resucitados

debido a las buenas conciencias
y sus semanarios tercermundistas.
La ropa sucia se lava en casa, pendejo

le gritamos no sin gratitud: diez años

después de habernos despedido.



Mutatis mutandis

Tengo cuarenta y dos años
y creo que va a ser así desde ahora en adelante.
Sin embargo sigo recordando cuando nos llevaban
a veranear a la estación de ferrocarriles
donde los trenes siempre pasaban de largo
pero a mí me hacían saludar a los pasajeros
obligados también a saludarme, eso es lo último
que recuerdo, estar de pie en la puerta de la casa
saludando a gente que no alcanzaba a ver
porque el tren pasaba demasiado rápido
ningún conductor se hubiera detenido
en ese pueblo sin mapuches ni glamour.
El paraíso perdido comenzaba más abajo,
lo único sagrado de ese lugar es la forma
en que mis primas quedaban siempre embarazadas
una tras otra empezaban a engordar hasta que alguien
se acercaba a mi oído. Hoy en día se preocupan
de sus hijas más de lo que se preocupaban en ese
entonces. Pero tengo cuarenta y dos y solamente puedo
hablar en este idioma. Tengo cuarenta y dos.
El problema es que me entiendan.



Fábula pero verdad

El mejor poeta de España ha sido reintegrado a su trabajo.
Después de meses de cesantía y demandas sindicales,
el mejor poeta de España que ha cumplido más de cincuenta
y vive al sur del país con muchísimo calor y una hija
en recientes nupcias, después de no saber muy bien
lo que le esperaba, ha sido reintegrado recientemente
a su trabajo y los meses que estuvo sentado en su casa
leyendo el periódico a mediodía, mientras demandaba en la
dirección del trabajo a sus antiguos empleadores, le serán cancelados
de manera retroactiva, como dote para la recién desposada.
El mejor poeta de España que durante años fue vigilante
en un supermercado de una cadena perteneciente a otro
país, ahora ha vuelto a trabajar en lo que antes trabajaba
y sus compañeros han celebrado su reintegro brindando
con él aunque ahora sea abstemio y el sindicato haya
logrado que lo reintegren en momentos cuando pocos,
o nadie, han podido recuperar su trabajo allá en España,
pero en el sur del país donde hace muchísimo calor
el mejor poeta de la península ibérica cumplidos
ya el medio siglo y una hija fuera del hogar
ha vuelto a convertirse en el vigilante del
supermercado ubicado a media cuadra de su hogar.



Me llamo Andrés Vázquez Gloria
(no confundir)

Hace cincuenta días me tienen aquí en el pozo
y un gordo marica se desviste mientras avanza
con una máquina de afeitar para resarcirse con
el vello de mi cara, con mis guedejas: una vez

en frente mío, baja sus pantalones y se sienta
sobre mi rostro mientras me asfixio, sus
compinches gozan agarrándome de los brazos
y una vez satisfecho, el estilista de los condenados

comienza a trabajar sobre el lado derecho de mi
cráneo, que rasura por completo. El otro
es para la próxima semana, papito,

agrega mientras repite su coreografía

de elefante rosa y posmoderno: sé que todo esto
suena al guión de una película de clase B, como los
poemas de mis queridos poetas de los ochentas.
Si no me hubiera pasado, tampoco lo creería

y escribiría sobre mi exilio en Iowa City
y esas ganas de acostarme con mis alumnas
que nunca me pescaron ni en bajada: no faltó
la que llorando hasta mi celda de monje que no

ha hecho los votos llegó pidiéndome clemencia
apelando a lo magnánimo que pudiera quedar
en mí, vi en sus ojos que era el diablo
el que me tentaba cuando me decía que

le pidiera a cambio cualquier cosa:
por eso ahora estoy casado con una de ellas
recordando lo que me hizo aquel gordo marica:
por las noches rezo para que se cumpla la profecía

y mi cráneo quede calvo por completo.



Se cumplen dieciocho años

Revisa en el diccionario cómo se dice se cumplen
dieciocho años de. Today is the 18th anniversary
of his death. No sabe cómo se dice echar de
menos (menos cómo se dice quedarse pegado).

                                                  Iowa City, April 13, 2004



Findings

Los detenidos desaparecidos viven en Iowa City.
En las mañanas van al supermercado ni quieren
volver a Chile. Leen los diarios que llegan

después. Se reúnen a cantar y descorchar
botellas a las que todavía no están acostumbrados.
De noche evitan las exhumaciones ilegales.

Viven de la asistencia pública. Nunca
han almorzado con los profesores
titulares de la universidad.

Están pendientes de las listas del
ministerio del interior, de pagar los
préstamos hipotecarios. Leen las

historietas de batman y robin
en busca de un futuro mejor.

Están seguros.



Cangrejos

Arroja la piedra, levanta la mano:
recógela del suelo, obsérvala
entre todas las posibles. Camina hasta

la orilla del río, sale a dar un paseo
(para tener algo que hacer), piensa
en que no tienes nada que hacer,

termina de arreglar el departamento,
anda a comprarle unas cortinas,
ordena los muebles, paga el

depósito, habla con el corredor
de propiedades, búscalo
en la guía, abre el correo

donde dicen que te ganaste
el puesto, espera la respuesta,
manda tus papeles, no es fácil

pasarse un año entero
sin tener nada que hacer
salvo arrojar un par de piedras

a orillas del mismo río.




La misión de un pueblo

Las pianistas rusas tocaban en los burdeles.
La atención de los clientes estaba asegurada.
El destino manifiesto de toda una nación
y el aprovisionamiento de whisky destilado

a través de las carretas de los mapuches
que no han derrochado su dinero en los
casinos regentados por la mafia: el tráfico

de pieles blancas, la instalación de ojivas
nucleares en los antiguos territorios
sagrados y la depredación de los

recursos naturales, la organización
de las milicias que se proponen
acabar con la supremacía del

gobierno federal, la inoculación
de la gripe española para controlar
al mundo entero y la arena

arrastrada por el viento,
las praderas de South Dakota
son un mito, pero la guerra de

Arauco, la conquista del Oeste
y las manadas infinitas de bisontes,
todo aquello son razones suficientes

para tomar la clase de español
y sentarse junto a las bisnietas de
las pianistas rusas, las bondades

del idioma castellano son menores
que las del modelo que (lo) importa
pero la fiebre del oro ya se había

desatado y si no éramos nosotros
quién habría construido los ferrocarriles
quién habría levantado esas ciudades

donde están las estaciones de los ferrocarriles:
intérpretes eximias del romanticismo decimonónico
en las cantinas donde se jugaba la suerte

de los bisontes y los mapuches llegaban
con sus carretas a buscar harina del molino.
La amenaza nuclear todavía no se extingue.
Tampoco su recuerdo.



Capital y trabajo asalariado

Cuando hubo que ponerle
pastelones a la entrada.

Cuando se cayeron las ramas
del aromo, que tampoco estoy

seguro que se trate de un
aromo. Cuando la nieve tapó los

desagües y la entrada del
estacionamiento

quedó cubierta por el hielo:
cuando fuimos a ver que

los niños estuvieran durmiendo
y dejamos la luz encendida

no se fueran a caer
si tenían que ir al baño.

Cuando pedimos que por favor
nos hicieran un presupuesto

para cambiar la cerámica de la cocina.
Cuando decidimos con un vaso en la mano

que valía le pena dividir la basura en reciclable
y no reciclable: dejamos de perseguir los jumpers

de las colegialas y todo lo que ellos escondieran,
renunciamos a los zombies de la ciudad de concepción

y a las tribus de los patagones y los onas, nos operamos
de los profetas convertidos en profesores y de los

profesores convertidos en niñeros y colegialas,
de los abogados convertidos en guionistas de historietas

y de los personajes que escupieron sobre el papel

con arranques excesivos de nostalgia:
el océano les queda grande, la mano de obra

parece un personaje sacado de un libro
de ciencia ficción, pero de un libro

de ciencia ficción otoñal y pro-soviética:
orgullosa sin ser arrogante, extinta

pero imprescindible.

 

De Renga                                                    De La nieve es nuestra



* Inédito.


 

 

 

Punto en Línea, año 16, núm. 110, abril-mayo 2024

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fecha de la última modificación 10 de abril de 2024.

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