La cerca de piedra Mi abuelo puso una piedra sobre la piedra que había puesto su padre. Mi padre puso una piedra sobre la piedra que había puesto mi abuelo. Límite. Linde. Yo tengo una piedra en la mano. El espejo empañado Quien aspire a conocerse ha de tener el valor (o la inconsciencia) de mirarse al menos una vez en un espejo empañado. El cuaderno de Darwin Los retratos de los líderes sonriendo en las paredes de todos los organismos oficiales. Los patios interiores. Los aviones que dan vueltas esperando permiso para aterrizar. Los caballeros que luchan contra la calvicie. Los oficinistas intachables que guardan en sus ordenadores imágenes de niñas desnudas. Los aparatos de aire acondicionado colgados de las fachadas. Las madres adolescentes. El riego por aspersión. Los coches de lujo cruzando de noche el centro de las ciudades. Las circunvalaciones. Los urinarios públicos. Los actores de doblaje. Las casas de los ricos. Los polígonos industriales. Las moscas golpeándose contra las ventanas cerradas. Los veteranos de guerra que mueren en los asilos. Los chalés adosados. Las tarjetas de crédito. Los estudiantes de idiomas pronunciando palabras extrañas dentro de una cabina de cristal. El mal de altura. Los monasterios convertidos en hoteles exclusivos. Los ventiladores en invierno. Las señales de las carreteras abandonadas. Los jornaleros marroquíes contratados para la vendimia. Los ganchos de las carnicerías. Los malabaristas que pasan la gorra en la calle. Los huérfanos que esnifan pegamento. Las colas delante de los locutorios. La pureza de sangre. Los jóvenes llamados a filas. El pintor de cactus. Los gorilas que se reproducen en cautividad. Los presidentes electos firmando penas de muerte. Los diccionarios de dudas. Los pañales usados. Las sillas de ruedas. Los silenciosos clientes de los bingos. Los hoteles apartados donde se citan los adúlteros. Las pelucas. Las noticias de los periódicos viejos. Las estadísticas. Las fechas de caducidad. Los cromos repetidos. Los cromos que siempre faltaban para completar la colección. El impacto de meteorito La extinción de los dinosaurios permitió que los mamíferos se desarrollaran y que de ese modo aparecieran nuevas especies, entre ellas la humana, que, como se ve, no es sino la consecuencia última de una catástrofe. Radiografía de la mano derecha Únicamente la fuerza con que se cierren sus veintisiete huesos (ventajas del pulgar oponible) diferenciará la caricia de la herida. In media res Las historias de náufragos suelen comenzar cuando el barco ya ha naufragado. Maquetas
Observé la capital a mi derecha: parecía el decorado de una ciudad en un teatro. Jonathan Swift
Los manuales modernos de arquitectura no advierten de los peligros del tiempo gastado en la construcción de maquetas. Reproducir lo que existe vale tanto como representar lo que aún no tiene existencia ni quizá la tenga nunca. Escribir sobre aquello que tuve es no haberlo tenido del todo. Las murallas deben orientarse hacia el sur. La escala establece la proporción entre las dimensiones reales del objeto y las de la copia. Entre lo que soy y lo que imaginé que sería. Debido a un error en los cálculos, la bóveda no pudo soportar el peso y terminó hundiéndose. Dentro de las avenidas de esta ciudad en miniatura, se han colocado, a fin de proporcionar mayor verosimilitud al cuadro, semáforos de juguete, coches de juguete, personas de juguete.
También este poema está hecho con palabras pequeñas. Y, sí, el corte efectuado por el eje de simetría descubre dos elementos exactamente iguales. Pero contrapuestos. Las piezas, encoladas y pintadas, consiguen crear la ilusión de que la vida allí es de verdad: que los maniquíes de ese escaparate poseen una naturaleza distinta a la de la dependienta que los viste, que aquella niña de cinco centímetros espera en la parada de autobús, que habrá un autobús que llegue alguna vez. El tamaño imposible de los edificios los devuelve a su condición de decorado. Aunque, vistos a ras del suelo (apenas un cambio insignificante en la manera de mirar), no sólo las distancias parecen mucho mayores. El que soy no es la suma de los que he sido. El plano es el único lugar donde hay líneas rectas. Sucesión de puntos en la misma dirección. Porque llega un momento en que la fidelidad al modelo es lo que menos importa. Demoliciones He vuelto a colocar en el armario la ropa de invierno. El frío es un animal transparente. El hielo es sed endurecida. La luz, al chocar contra una superficie que no la absorbe, se refleja o cambia de dirección. Penélope no tejía y destejía: tejía para destejer. Los bolsillos de los abrigos se comunican con los inviernos anteriores. El sonido metálico de las perchas que se cuelgan y se descuelgan de las barras. Cambiar una cosa por otra. Límites y progresiones. La luz, al pasar del aire al agua, se desvía. El destinatario ya no vive aquí. Caminaba a oscuras por tu casa (sabía dónde estaba todo) sin golpearme contra los muebles. Cambiar una cosa por otra. Cambiar una casa por otra. Mudanzas. Mitad irse, mitad estar. La ciudad separa su basura. El plástico, el papel y el vidrio (una tribu necesita símbolos) se tiran en contenedores distintos. La luz, a medida que la vidriera iba filtrándola, se convertía en palabra de Dios. Recuperar, reemplazar, recobrar. La forma del edificio descansa en los materiales utilizados. O una verdad dicha una sola vez o una mentira contada muchas veces. Los rascacielos construidos después del incendio. Las catedrales levantadas en el solar donde antes hubo otros templos. Apuntalar, restaurar, reforzar. Me he mirado en demasiados espejos. Las empresas de demoliciones ofrecen sus servicios en las guías de teléfonos. Crece la ciudad a costa de alimentarse de sus propios escombros. Puede que vivir se reduzca a eso: a doblar y desdoblar ropa, a vaciar y llenar armarios. Mitad irse, mitad estar. Tejer para destejer. Las fórmulas matemáticas definen las proporciones de la utopía. La parte por el todo Todas las casas se construyen con presencias y ausencias. El ladrillo que se pone será un muro. El ladrillo que no se pone será una puerta.
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* Estrategias y métodos para la composición de rompecabezas, El Bardo, Barcelona, 2008.
José María Cumbreño (Cáceres, 1972). Ha publicado los poemarios Las ciudades de la llanura (ERE, 2000), Árbol sin sombra (Algaida, 2003, Premio Ciudad de Badajoz), Estrategias y métodos para la composición de rompecabezas (El Bardo, 2008), Diccionario de dudas (Calambur, 2009), Breve biografía apócrifa de Walt Disney (Algaida, 2009, Premio Alegría / José Hierro), Genealogías (Luces de Gálibo, 2011), Made in China (De la luna libros, 2013) y, en Portugal, la antología bilingüe Teorias da ordem (Edições Sempre-em-pé, 2009). Es también autor del libro de relatos De los espacios cerrados (Fundación José Manuel Lara, 2006, Premio de Narrativa Breve Generación del 27); del ensayo literario Retórica para zurdos (ERE, 2010); así como de los diarios Límites y progresiones (Baile del Sol, 2010) y La temperatura de las palabras (La Isla de Siltolá, 2013). Esa misma editorial publicó en 2011 una antología de toda su obra con el título La parte por el todo. |