he visto mi cuerpo despertar por la mañana se revuelca en las sábanas buscando un pretexto lo he visto levantarse sin ninguna certeza obligado sólo por el sonido del despertador lo he visto mirarse en el espejo sentir que ahí no hay nada que es un caparazón vacío lo he visto palidecer cuando descubre la vida he visto ese cuerpo cicatrizar por la noche limpiarse el polvo del mundo la savia negra de la ciudad Lo he visto mirarse de nuevo en el espejo ser un hombre limpio que se lava los dientes para que lleguen pulcros al cementerio lo he visto deambular por la casa a tientas espiar por la ventana mientras la luz matinal rasga la noche lo he visto tomar fuerzas mirarse en el espejo y ver el vacío de las cuatro paredes del cuerpo de los ojos que miran este cuerpo que cargan estos ojos llenos de nada
II
hoy amaneció en esta parte del mundo pero en otro hemisferio las sombras cubrían las falanges del manco en otro hemisferio siempre es la noche
cuando abro mis párpados el mundo existe en la limitación de mi vista y sin embargo alguien llora una flor crece un bosque se incendia una niña nace por la unión de la sangre y luego se desploma en medio del universo amanece llueve tormenta de luz desayuno metralleta en mano
alguien hace el amor bajo las cloacas ella llora en un panteón de huesos y flores cuando escribo ella se masturba un niño tira del gatillo alguien más encuentra su reflejo anochece sigo llorando el río nunca vuelve la manecilla sigue pasando (sobre el 9) pasan los días el tiempo no regresa se muere el rock
mientras yo escribo dios se ríe alguien apaga la luz el sol vuelve a salir la oscuridad se apodera de mi boca mientras canto alguien se confiesa perverso bajo una estrella que rema
III
todo ha sido en vano y no siento que sea triste ni trágico abrazo la finitud deliciosa de la cama veo la inmensidad que soy yo mismo las siluetas de un mundo viejo el reloj marcando las seis de la mañana lo veo antes de sonar inhalo para tomar fuerzas suena la alarma ha amanecido una vez más no encuentro razones para levantarme pero lo hago no importa si estoy vivo o no he renunciado a las respuestas reveladoras sólo me concierne la contraposición de los astros en los tableros de ajedrez las nubes formando tormentas en la taza de café los árboles inseminando la tierra que pisan mis perros las aves sobrevolando las bahías que se forman tras la lluvia los buques quietos en el techo de mi alcoba cuando apago la luz los fantasmas vacuos sonriéndome frente al espejo las lámparas iluminando el desierto de la ausencia sólo existe una galaxia en mi mano cerrada está ahí porque ha sido pronunciada desde la cama que me contiene [Cuando calle todo habrá desaparecido]
Davo Valdés de la Campa (Cuernavaca, Morelos, 1988). Estudiante de Letras Hispánicas en la Universidad Autónoma del estado de Morelos. Forma parte del Colectivo La Piedra. Columnista de cine de terror en Penumbria. Beneficiario del Programa de Estímulos para el Desarrollo y la Creación Artística en 2009 (cuento) y en 2011 (novela). En 2010 publicó su primer libro de cuentos Relatos de un mundo depravado (EdicioneZetina). A finales de 2011 fue ganador de la convocatoria para publicación de obra inédita del Fondo Editorial del Instituto de Cultura de Morelos con su libro Ignoto (poesía) que salió en 2013. Su más reciente libro, Despertar, fue editado por Astrolabio. Forma parte del Grumo de Escritores de la Barba Naranja y organiza el encuentro Plumas Verdes de literatura para Cinema Planeta: Festival Internacional de Cine y Medio Ambiente de Cuernavaca.