Catnip
Xitlalitl Rodríguez Mendoza
Fondo Editorial Tierra Adentro,
Colección La Ceibita, México, 2012


 

resena-catnip.jpg Se ha hablando últimamente de la tradición frente a la actual poesía mexicana, del seguimiento de ciertos autores mexicanos como modelo, de los “nuevos poetas”, de las influencias extranjeras y extranjerizantes de nuestra lírica, de las “nuevas estructuraciones del lenguaje” (lenguaje vs. tradición: así de despistados). En medio de esta maraña, Xitlalitl Rodríguez Mendoza aparece con un libro sobre gatos. ¿Gatos? ¿Qué de novedoso o subversivo tienen los gatos para la poesía mexicana actual? Mucho. Xitlalitl Rodríguez Mendoza, en ésta su tercera publicación, da un pequeño giro, hace una pirueta dentro del contexto literario por una simple razón: el tema: gatos. ¿Qué hay de deslumbrante en los gatos para ser tema de un libro? Nada. Lo que la autora encuentre. Pero queda más que claro que con Catnip no le interesa involucrarse en la disputa sobre la dirección que debiera seguir la poesía actual, sino hacer uso del suelo que ya tiene más que ganado. Gatos, ése es el tema. ¿Por qué no? Así de simple rompe esquemas. Ni el erotismo de la mujer, ni una historia dramática de fondo, ni el lenguaje como tema en sí, ni presunciones filosóficas: gatos.

Ya en Polvo lugar (La Zonámbula, Jalisco, 2007) Rodríguez hizo gala de un dominio del lenguaje, del ritmo, del verso largo; en Datsun (Punto de partida, DF, 2009) presenta un personaje atípico, poco “poético”, Datsun, un medio niño medio planta, medio otra cosa. Más otra cosa que medio niño o medio gato o media planta. Es un libro que abre puertas. Muy fresco. Y en Catnip, se amalgaman las chispeantes imágenes con la cadencia. ¿Puede tomarse como un libro de “madurez” del trabajo de la autora? Quizá. No importa. En todo caso sí habría que subrayar: es una buena muestra de lo que se puede esperar de ella.

Catnip se divide en tres partes: “El arenero de la Infanta Sinalefa”, “Fukushima” y “Edith lo ama”.

La primera parte, probablemente la mejor, que es la que da razón al libro, habla de gatos, desde la visión de los gatos:

Ésta, como casi todas las historias sobre gatos, no tiene como personaje principal una sílaba tónica; aunque también se trate de un relieve, de un dardo que atraviesa un aro diminuto de una vocal. Este animal juega con sus garras a matar un molusco en nuestra lengua. Lo libera como a un insecto, lo deja descansar sobre piedras monosílabas: rocas lisas y ovaladas. Átonas.

Pueden inferirse influencias de Paul Éluard o de Alejandra Pizarnik. ¿Blanca Varela? Siempre queda un apetito por saber qué lecturas nutren a los autores. Lo que sí se puede asegurar: a Xitlalitl Rodríguez le sienta muy bien la poesía en prosa.

“Fukushima” es un poema en cuatro partes. Trata o no trata de nada. Los acontecimientos mismos, su impacto, su acumulación y anulación son el tema. Sucesos tan desastrosos que los hacen triviales. Digamos que aquí los arranques poéticos, las exaltaciones decimonónicas, son sustituidas por imágenes de la BBC con una edición contundente de MTV: “Niños/ e hikikomoris/ yacen/ en partes/ sobre cualquier/ lugar y no/ los vemos.”

El epígrafe de la tercera parte, proveniente de Robert Walser, es: “Edith lo ama. Luego volveremos sobre ello.” Alusión que, a manera de leitmotiv, le da unidad a la última parte del libro. Pero también sirve para conjugar la serie de alusiones literarias que despliega Xitlalitl Rodríguez. La parte “culta” del libro y, sin embargo, también la más libre: películas, autores, personajes que podrían o no tener nada que ver salvo una cuestión: la poeta ya los conjugó en un imaginario. Le son propios.

Cada parte del libro tiene un ritmo aparte, “Edith lo ama”, en particular. Hay algo raro. Por alguna extraña razón, después de la lectura de la tercera parte de Catnip se antoja escuchar a The Smiths, mencionados en uno de sus textos. El ritmo, la lógica y su humor recuerdan mucho a las mejores letras de Morrisey ¿Qué influencia hay de Morrisey en Rodríguez? ¿Qué sucederá con esta nueva sensibilidad poética trastocada por MTV y Oscar Wilde?

 



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Sergio Loo (Ciudad de México, 1982). Es autor de Claveles automáticos (Harakiri, 2006), Sus brazos labios en mi boca rodando (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2007), House. Retratos desarmables (Ediciones B, 2011) y Guía Roji (Instituto Veracruzano de Cultura, 2012).

 

Punto en Línea, año 16, núm. 110, abril-mayo 2024

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