Unos llevan rosario entre las manos
Otros un libro
Otros un hato de acelga
Yo un Colt de película de John Wayne


Susana Thénon


Tábula Rasa

Job 2:11


Todo consuelo está lleno
de lugares comunes 
Erramos de manera estrepitosa
zeppelines de piedra  
salvavidas de estaño (parecemos)
hundiendo a quien amamos
en la profundidad gelatinosa
                           de un sofisma
que ni a nosotros convence
Zarza ardiente que quema
                            al mensajero
La simple desventura agigantada
por un presunto empacho
sabiduría angélica
de parches y remiendos
Así se fue la Plath
                          envuelta en gases
así partió Alejandra empastillada
para escapar de tanto bien
El poema hecho astillas
desde entonces
el empujón final a una piedad
                      con sobrepeso.




Diosa en danza

A Sol Stancanelli

Ella baila sola
colgando su presencia
de la nada
sumada a la memoria
de unos pasos
Ella baila llora ríe flota
acaso más divina
que el común inmortal
Extrañamiento de gnomos
en sus ojos
Las piernas a trasluz
huesitos de alabastro
Ella baila
tejiendo galaxias a crochet
dudando de su esencia
mirando hacia este suelo
con pavor
Ella baila sola / loca
Los hombres que la aplauden
no hacen sombra




Todo fluye

Un hombre entra en el río
dispuesto a refutar a Heráclito
Trastabilla
Pierde pie
Es arrastrado por las aguas
Otro hombre será hallado muerto
en un río al que nunca entró
mañana




Acerca de la sensación ilusoria de que el tiempo se detiene cuando te enamorás a primera vista (MRUA)

Un hombre decide
pasear por las cornisas
de una ciudad impiadosa
No es el hombre araña
Su condición de héroe 
ha caído en desuso
entre sus hijos
Es más bien
el regusto seco de la muerte
lo que lo acerca
al vuelo de la vida
Al frío refilón de los asombros

Una mujer parte
a una aventura similar
en el revés del edificio
No calza un batitraje nocturnal
pero es hora de mostrarles
que se puede
Es acaso la danza de la vida
con su doblez de náusea
lo que la acerca
al gusto dulce de la muerte
Un acre repudio
a todo tedio

Él: elegante sport
Ella: de mini
Se encuentran dos segundos
en el aire
Se gustan de una
Se desean
No alcanzan a tocarse

Mala suerte.




Extinción (ficción especulativa)

Hay coche pa’ hacer dulce
dijo el remisero
Y era cierto
Los coches se amontonaban
en las ramas de los árboles
como gorriones descabezados
por el sueño
Unos cien en cada remisería
Y la re-miseria en ese país
seguía creciendo
Y el carnet de conductor
se otorgaba a los 10 años
y sólo los bebés no conducían
Atendidos por la coordiniñera
aprendían a manejar ya sin gatear
y las ruedas de mate eran eternas
tomabas 2 por día si había continuidad
y los Don Satur reemplazaron a la vianda
y los cartoneros dejaron de serlo
cada uno con su radio y “me copiás”?
cada cual con su oficio desvirtuado
         Abogado devenido a chofer
         Consejal devenido a chofer
         Proxeneta devenido a chofer
Cada cual con su diploma junto al parabrisas
y el sesgo inútil de un exvoto
Todos parados esperando un pasajero inexistente
porque todo pasajero era un virtual remisero
y sólo se llevaban uno al otro
cuando un coche se descomponía
y ni a la madre llevaba el pobrecito
porque también ella se hacía remisera
Y en este país de ensueño o pesadilla
el único oficio diferente
era el de los taxistas

Con semejante abulia compartida
no sorprende que saludaran tan felices
el arribo del enorme meteorito.




Comic

El Capitán Feliz se cree una especie de Quijote pero sin escudero
Su padre fue el Llanero Solitario y su madre una vendedora de Avon
Su niñez fue difícil como la de cualquier superhéroe
(Los poderes de un hombre son inversamente proporcionales a su felicidad)
Nunca fue invitado a ningún cumpleaños
Tenía prohibido jugar a las pulseadas en el preescolar
Correr carreras de galgos en el barrio
Usar superpoderes en la cama con las chicas del bachillerato

Los atributos del Capitán Feliz
Supersonrisa amigable que transforma el odio de sus enemigos
en un sentimiento chicloso y lánguido
dejándolos adormecidos y con cara de papa como persona que va a votar
Supervista de rayos X
para detectar chalecos antibalas explosivos espías árabes
y las tetas escurridizas de su vecina
quien desde que lo conoce usa corpiños de plomo
Visión calórica
A consecuencia de las tetas susodichas
Invulnerabilidad (sólo en su interior)
se tomó 1 litro de laca marina cuando era niño
lo que lo hace inmune a los venenos y a las puñaladas
aunque le dejan cicatrices exteriores
Puede deglutir ladrillos, hojitas de afeitar
y cualquiera de las superpromo de McDonald´s
sin que su digestión se sienta amenazada
Superfuerza
sumamente útil a la hora del estreñimiento
También puede volar pero sólo a medio metro
del suelo porque sufre de vértigo

Los Archienemigos del Capitán Feliz
El cuartetero
Hábil rival del hombre de hierro
Emplea la denominada música de las esferas
(para rompérselas despiadadamente a la hora de la siesta)
Algunos afirman que escuchando su CD al revés
aparece el maléfico mantra cordobés “Maradó Maradó”
El pastor Susano
Poderoso hechicero de voz hipnótica
Es capaz de transformar a cualquier creyente
genuino en una dócil marioneta sin piolines
No cree en nuestro capitán tampoco en Dios pero predica
su máxima hazaña fue robarle la camiseta de Racing versión descenso
La legión de suegras estafadas
Es una coalición internacional que persigue un único objetivo
castrar al Capitán Prolífico.

El atuendo del Capitán Feliz
Camiseta de Racing sin sponsor oficial
Calzoncillo de lycra por el lado de afuera
Pantimedias al tono
Capa prestada (que prometió devolverle a Robin
cuando los superhéroes cobren los haberes atrasados)
Antifaz tatuado sobre el rostro para evitar el careteo

Las esperanzas del Capitán Feliz
Poder reír a carcajadas hasta partir el mundo
Poder pegarlo nuevamente
Volar hasta la ionósfera sin que me falte el aire
(Aquí es cuando revelo mi identidad secreta)
y ser aceptado como terrícola sin renunciar a mi marcianidad 




Continuum


O será que alguien dibujó un hombre
sobre un cadáver
y el hombre estaba muerto?


Carlos Sordini


La vida
es esa rara mezcla
entre lo que debió ser
y no fue
y lo que fue
y no debió ser
Ese gualicho apócrifo
Ese suspiro ralo a ras del alma
constante
               irresoluto
Esa monedita de 5 y devaluada
que llevás siempre con vos
y por puro acatamiento
Aquel dado cargado de improbables
Este coito con astillas
donde ocurro
                    inacabado.




Sobreestimado lector

Si encuentra en este libro algún antipoema
no haga justicia por mano propia
tenga a bien informar del sobresalto
al resto de los poemas publicados
Ellos sabrán como tratar al polizón
                                                 Muchas Gracias

 


Más poemas aquí...




Eduardo Espósito (Buenos Aires) es poeta y coordinador de talleres de escritura en el oeste del conurbano. Ha publicado: El niño que jugaba a ser Rayo (1992), Violín en Bolsa (1995) y Una novia para King Kong (2005).

 

 

Punto en Línea, año 16, núm. 110, abril-mayo 2024

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