Alteración y alteridad Compadre: bájese los pantalones apúnteme. aciérteme en el paisaje fallando. yo pondré luego una pastilla debajo de la lengua. me apuntó pero no me miraba. no era mi pecho frente a él. apuntaba a nuestro pasado antes de estar juntos. un hilo de sangre cae. en la comisura de los labios. la pastilla me dan ganas de ser él. y luego ella y la vida juntos compadre: bájese los pantalones (con todos sus significados). hágame sentir huérfano matando al padre y a la madre. dentro de mí. autor y autoridad: mátalos entra sale
dispárame en el ojo. en la sensación de observarte. cloro y estilo dirían por ahí. blanca inhalación de mente. todo huele como una voz en dos partes. en dos días. hoy escribo por casualidad. desperté con los tornillos en la cabeza.
la nominación. equivocarse en el momento más oportuno. no sé cómo se llama este arte. ni mi conciencia. hoy desperté con las sábanas quebradas el aliento a iglesia y el cabello muerto los ojos envician. él abajo. yo adentro. devenir y pulsión son una amalgama de necesidad. ya no leer. el cerebro es vicioso. una herida que llama a besarse. minerales en la garganta. desde la nariz todo es caer. desde los ojos todo es reescritura. abuso locura extensión de la piel (papel) halo de sangre todo se mueve en silencio. El canto de las calaveras Una lágrima de un muerto más otra de un pájaro: así nacen los ríos en el cielo. Los ríos: llenos de aire. Las lágrimas de un muerto: sin ninguna pendiente. Fría y horizontal. Muchos ríos son un país verde y blanco como flores y libros que nacen en el fondo del mar. Un poeta vende violines por vanidad pero los violines son de cactus y el desierto está lleno de ellos. Mira: esos hombres esperan que de las carreteras se vayan las moscas y las piedras para hacer un templo lleno de mendigos y sardinas en cuatro patas con zapatos feos. Entran los vasallos y las damas transformados en palomas y palindromas, sonríen ante la fotografía del canto de una calavera. Garganta seca: sin palabras pedacitos de va, astillas de ob sílabas enteras pero impares: el viento. Dijo: los muertos son de piedra como sus lágrimas en el fondo del río. Dicen: nunca se detiene el polvo, piedra y río muertos. Parecen vacas las que beben leche de ese hígado que duele como chile con rencor. Pero uno siempre derrama, problemas de pulso. Síntesis: dos muchachos se sacan la máscara, marinero y náufrago, como una reescritura que terminará hundiéndose igual ¡cuidado! Un par de estrellas negras desaparecen en la noche y los borrachos del cabaret son su coro. Engendro Una reescritura es una incógnita, una X, una máquina de suspensión; no sentido sino sentido, no corrección sino imaginación: delirio palabras videncias sueños imágenes pero todos creen que existen Qué se puede decir si uno sólo con respirar miente como al caminar y hacer que se va mirando o al hablar de las casas, todas son polvo y humedad y desaparecen cuando se duerme. Todo el día hay palabras algunas tienen ventanas otras alfombras y luz ¿cómo se hizo la alfombra? para tapar el significado con el significante ¿entendieron? yo tampoco no hay nada nuevo en la galaxia a lo más ovnis y abducciones que no me preocupan más que leer y escribir a la vez. El problema es todo lo que se puede decir en dos páginas a partir de un libro y sobre cualquier poeta en México. Lindos: varios pero me gusta uno solo Mafiosillos: como en todos lados Ambiciosos: a más dinero más barato lo vendes Borrachines: menos que allá o más dignos Delirantes: siempre pocos y ninguneados Si algo sobra en este mundo son poetas, suman más que los policías y los delincuentes juntos, pero nunca están de moda, a veces sí, unos cuantos locos unos cuantos suicidas, esos que escriben al azar como yo. Sabías que algunos de los poetas muertos oyen la lluvia sobre sus cabezas entre el infierno y el pavimento; esta noche creo que la reescritura es acostarse con un cadáver pícaro y engendrar un monstruo, pasar de la lengua materna a la lengua mutante ni muy vivo, ni muy muerto mejor sentado en una cama, en un coche o en una banqueta. Da un poco de escalofrío la reproducción, el hecho de que se lean con su no sé qué. El fin de los elementos Lo que imagino es todo lo que fue es y será. La Mente es todo lo que hay * Donde dice: “Mente” podría seguir diciendo “Mente” Pero: ¿qué es un topo? ahora que la ceguera es un ojo deshabitado el apetito y el retorno por y a la tierra es todo lo que hay e : lo que los minerales son no cabe en la vista: lo que hay de mental en ellos es otra cosa: (3) caso El hecho de la reescritura no altera el desorden de los sentidos La Mente/ la escritura imposible de una lectura infinita Bajo el mar/ muros de agua atravesados también por animales fantásticos Venenos, ventosas, signos blancos que se mueven para que haya olas ausencia es azul: una constelación hecha de membranas Huellas como puntos En el agua de arriba Los tentáculos titilan su dimensión El sol escapa de su rotación. La historia es derribada por la naturaleza. Los árboles son las estrellas agitadas en el otoño del tiempo. Las porciones de lecturas son páginas en ese espacio. No conozco los puntos cardinales, nunca he visto el aire. Los libros terminan en el barro, sumergidos en las aguas cenagosas, como las de Xochimilco, alimentando a esas criaturas que murieron con las hormigas que formaban sus propios nombres. Remar es desorientar raíces como advertencia porque lo más parecido al lenguaje es el agua, casi la totalidad de nuestro cuerpo. Nacen las noches cuando se acaba la sangre y la luz vuelve a servir en la dirección que avanzan los olmos, los robles, los albaricoques, los almendros y todos estos árboles al volverse ceniza. Se presiente el fin de// Ya no hay nada, sólo la Mente.
|
Héctor Hernández Montecinos (Santiago, Chile, 1979) es licenciado en Literatura, doctor en Filosofía mención en Teoría del Arte. Sus libros de poesía editados entre el 2001 y 2003 aparecen reunidos en [guión] (LOM: Santiago, 2008; Marick Press, Detroit, 2009, en inglés). [coma] (2ª ed. LOM: Santiago, 2009) comprende su trabajo poético de 2004 a 2006. Además han aparecido los siguientes libros antológicos de su obra: Putamadre (Zignos: Lima, 2005), Ay de mí (Ripio: Santiago, 2006), La poesía chilena soy yo (Mandrágora cartonera: Cochabamba, 2007), Segunda mano (Zignos: Lima, 2007), A 1000 (Lustra editores: Lima, 2008), Livro Universal (Demonio negro, Sâo Paulo, 2008, en portugués), Poemas para muchachos en llamas (RdlPS: Ciudad de México, 2008), La Escalera (Yerba Mala cartonera: La Paz, 2008), El secreto de esta estrella (Felicita cartonera: Asunción, 2008) y La interpretación de mis sueños (Moda y Pueblo: Santiago, 2008). Ha sido invitado, gracias a su obra poética, a Alemania, Argentina, Brasil, Cuba, Chile, El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Perú. Desde 2008 reside en México donde da talleres, conferencias, además de ser editor del sello Santa Muerte cartonera.
|