RESEÑA / diciembre 2022 - enero 2023 / No. 102

Escritoras al margen



Vindictas: cuentistas latinoamericanas
Socorro Venegas y Juan Casamayor, editores
México, UNAM/Páginas de Espuma, 2021, 278 pp.

 





“Hablar de nuestras madres literarias, buscar esas voces tutelares, trazar una genealogía indispensable para volver a mirar el canon literario del siglo XX, del que ellas están ausentes”, inquiere Juan Casamayor, fundador de la editorial Páginas de Espuma, a través de la charla que sostiene con Socorro Venegas, directora de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM, en el prólogo que invita a leer la antología Vindictas: cuentistas latinoamericanas. Esfuerzo conjunto de editoras, investigadoras y, ante todo, “escritoras exhumando escritoras” que reconocen y abogan con urgencia por un acto de justica y de memoria literarias.

Se trata de la reunión de veinte relatos de escritoras latinoamericanas que vivieron durante el convulso siglo XX e incluso en el presente. Una representante por cada nación donde se habla el español como lengua materna. Las que acuden son mujeres que, por diversas razones, han permanecido relegadas y al margen de la gran cartografía literaria del siglo pasado; en particular de los movimientos de vanguardia que tuvieron lugar en Hispanoamérica y del boom latinoamericano.

Lo que se busca es “cuestionar y desestabilizar la convicción de que ya hemos leído a los mejores cuentistas latinoamericanos”; en tanto que “los lectores se han perdido la mitad de la creación literaria, concebida por la otra mitad del mundo: se han perdido la mirada de las mujeres, su mundo interior contado por ellas mismas”, enfatiza Socorro Venegas al polemizar por qué el canon de la literatura latinoamericana, entendido en general como un conjunto de obras clásicas e imprescindibles, se encuentra tan sesgado y, a la vez, tan aceptado como algo inamovible.

Es posible valorar cinco relatos en los que son patentes las realidades de toda suerte de mujeres; ya sean abnegadas, sumisas, o bien, plenamente autónomas y dispuestas a reclamar su emancipación. De tal manera, en “Guayacán de marzo”, de la panameña Bertalicia Peralta, el lector es testigo de la resolución sin escrúpulos que toma Dorinda al interrumpir su embarazo y del atentado contra su marido en pro de su libertad y la de sus hijos. O aquel otro cuento, “Inmóvil sol secreto”, donde la mexicana María Luisa Puga pone de relieve el estancamiento de una relación entre un hombre y una mujer, debido a la falta de comunicación, que sólo aumenta el distanciamiento y los celos subyacentes que desde un principio los orilló a mudarse a una isla del Mediterráneo para reanudar su vínculo. En cuanto a “La espera”, de la dominicana Hilma Contreras, ahí se presenta a Josefina, cuya zozobra y valor para sobreponerse a la indeseada visita sexual de su compañera de habitación, la empoderan hasta volverla dueña de sí misma.

Conforme avanzan las hojas de esta compilación es posible constatar aspectos en común: en la mayoría de los relatos las protagonistas son mujeres, cada una en su propia circunstancia y algunas más favorecidas que otras, pero al fin y al cabo signadas por situaciones que las oprimen.

Los otros relatos son “Sur”, de la venezolana Silda Cordoliani, cuya protagonista confiesa el motivo por el que abandona su cómodo trabajo en un banco de la capital venezolana, a cambio de una vida disoluta al sur de la frontera; y “Las chicas de la yogurtería”, en el cual quedan expuestos los graves prejuicios y tabúes con que la sociedad peruana recibe desconfiadamente la llegada del SIDA a esa nación, escrito por Pilar Dughi.

No hay duda, estas escritoras han proyectado sus relatos como ejercicio catártico y como testimonio por medio del cual se demuestra que la mirada femenina aporta una óptica particular para entender y describir el mundo circundante. Sí, las mujeres focalizan desde otras perspectivas temas universales como el amor, la muerte, la violencia, el paso del tiempo, la locura, etcétera, pero sobre todo asuntos que las afectan directamente y a menudo omiten por imposición o voluntad propia como los celos, la separación, el machismo, la prostitución, la atracción sexual hacia otras mujeres y la invisibilización.

La polémica invita a comprobar la disparidad al interior de una de las antologías de relato corto más populares en México y acaso en América Latina. De no ser por esta compilación, Vindictas, que recién se publica, quizá no se hubiese reparado en dicha omisión. Al revisar el índice de la antología de Seymur Menton El cuento hispanoamericano, editada por el Fondo de Cultura Económica en su última edición, 2010, se constata lo evidente: entre más de cuarenta varones, tan sólo cinco mujeres tienen lugar en sus páginas. Es probable que en otras antologías el caso resulte similar.

Entre las razones a las que obedecen esta exclusión y desinterés por la literatura escrita por mujeres, se encuentra aquella donde lo hecho por ellas resulta “intrascendente o banal”; por consiguiente, lo que tiene mérito es “publicar y reconocer la escritura masculina”. Nada más alejado de la realidad; por el contrario, el mérito de una obra literaria debe residir en la calidad del texto, en la originalidad del tratamiento de sus temas, en la focalización que otorga indistintamente el creador o creadora. De ahí que la cuota de género no sea el imperativo con que fue pensada la publicación de esta antología, sino los atributos recién mencionados cuantimás de la reivindicación y descubrimiento de obras que, por razones extraliterarias, no gozaron de la aceptación ni la difusión de los editores, escritores y académicos que histórica y culturalmente tuvieron la responsabilidad de decidir aquello que debería formar parte del canon literario.

Vindictas: cuentistas latinoamericanas representa un acto de transgresión, necesario para romper con la norma implícita de ocultar a las mujeres, y abre una brecha de reconocimiento para todas las escritoras. Oportuno es mencionar aquello que podemos reflexionar: percatarnos de la existencia de esas otredades, de esos otros enfoques velados por tanto tiempo en el ámbito literario, de las motivaciones y resiliencias para hacer frente a las vicisitudes y adversidades. En efecto, lo que estas escritoras nos ofrecen es un provechoso ejercicio de empatía.





Esteban Contreras Vázquez (Teotihuacán, 1992). Egresado de Lengua y Literaturas Hispánicas por la FFyL UNAM. Actualmente estudia Comunicación y Periodismo en la FES Aragón. Ha publicado en medios impresos y digitales.

 

Punto en Línea, año 16, núm. 110, abril-mayo 2024

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