RESEÑA / octubre-noviembre 2022 / No. 101

Si dices quedarte en esta sala oscura: ¡Spoiler Alert!



Spoiler Alert
Verónica G. Arredondo
Monterrey, UANL, 2022.

 





El poemario Spoiler Alert de la escritora Verónica G. Arredondo (Guanajuato, 1984), editado por la Universidad Autónoma de Nuevo León en 2022, invita a la sala oscura a través de una programación cinéfila especial cuyos senderos están dirigidos por diferentes registros tonales, mismos que se corresponden con diversas películas, series, reality shows y documentales que son motivo del tratamiento de cada poema. Dividido en dos tiempos, “Director’s Cut” y “Final Cut”, la autora dirige su propia obra audiovisual como si de un film se tratara: articula proyecciones detenidas, acotaciones de personajes y de movimientos de la cámara, flash back, sonidos en off, fade in y rack focus al son de la perspectiva ocular con la que se organiza secuencialmente la estructura de la obra. El resultado es un glitch: una distorsión de datos de imagen digital de la que lxs lectorxs nos hacemos partícipes a través del efecto de sorpresa.

Desde la proyección de la revolucionaria y popular The Matrix, se conoce que la representación artística de un fallo en el sistema es precedente de un cuestionamiento sobre algo, alguien, o todo en conjunto: el movimiento que envuelve a una serie de hechos y agentes partícipes de un fenómeno específico en reproducción. Se siembra la sospecha de una grieta en la pantalla de la realidad, un discurso interrumpido, una fisura textual. La representación del fallo en el sistema que hay en Spoiler Alert es clara desde su título mismo. Esta advertencia cinematográfica nos indica que habremos de estar alertas ante un venidero cambio en la programación. El glitch, formado por las secciones secuenciales que dividen el primer tiempo del poemario (“Red”, “Green/Blue”, “Orange” y “Black&White”), nos exhorta a cuestionar todo lo que se ilustra, enuncia o memora, en relación a los pasajes de cada una de las proyecciones ficcionales o de lo que se asume como “realidad poética”. Así, vamos reconociendo que las películas que son materia de cada texto no llevan la trama que pensaríamos. El objetivo es darnos de bruces sobre nuestras propias convicciones, vacilaciones y lagunas sobre lo que consideramos verdad o fijeza, sobre nuestros preceptos maniqueístas y nuestros juicios de valor. Esto también está en el campo de las labores del lenguaje.

Tanto como la materia del cine suscrito a la llamada “estética del error”, el glitch forma parte de la poesía a través de la grieta en el lenguaje: cuando un grupo de palabras prohibidas, secretas, ambiguas o asociadas a un conjunto semántico normalizado sale de una casilla específica para adquirir nuevas e insospechadas dinámicas sintácticas, semánticas y de ritmo. Esta cartografía del error se anuncia en el libro de Arredondo y la podemos encontrar a través de referentes pop que salen de su llano espectro de reproductibilidad para expresar, de forma sutil e irónica, connotaciones sobre problemáticas contemporáneas que nos atañen: “Existe un vislumbre: la punta del iceberg / —en el mejor de los casos— / luego de una serie de intentos fallidos [sobre contar la historia de una película]”. Así, Twin Peaks ya no sólo es una proyección sobre la historia de dos agentes del FBI que deben previsualizar la muerte de la joven Laura Palmer, en manos de su padre y de Bob (ese “hombre de otro lugar”), sino que, en el poema homónimo de Arredondo, podemos reconocer una carta en la que el sujeto lírico se dirige con compasión hacia Laura, visibilizando que su muerte no fue un accidente, sino que —hay una connotación— fue víctima de un feminicidio:
Querida Laura
Tu maquillaje se adhirió a la bolsa de plástico como se aferra a la vida tu [respiración
[…]
No fue tuya la culpa
ni de tu falda chiquita ni de tu corsé ajustado
ni de escapar en las noches por la ventana
ni de la distracción del agente Cooper y su encuentro del tercer tipo
vaticinado por el leño.
Lo mismo sucede con el poema “Neverland” o “Ingobernable”, donde, a través de discursos de telerrealidad sobre referentes como Michael Jackson y Gloria Trevi, se connotan de forma irónica y crítica problemáticas sociales contemporáneas, como la pedofilia, la trata de blancas y la violencia machista.

En el poemario también se cuestionan los arquetipos de los personajes en las películas, al grado en que, llevando protagonistas y antagonistas a atmósferas de la cotidianeidad, nos preguntamos qué tanto permanecen vigentes los casos de asesinatos sin resolver, las desapariciones de cuerpos femeninos, los prejuicios de belleza heteronormativa, el abuso sexual, el tabú y la ambigüedad conceptualizada en las neurodivergencias, así como la violencia fantasma en la realidad virtual. Así, la autora nos advierte en el poemario Motel Bates cómo todxs podemos tener un poco de Norman Bates del film Psicosis, sin necesariamente esconder una daga:
Norman Bates es la vecina que hizo taxidermia a su chihuahua y lo colocó entre geranios del patio. O es mi tío, el sujeto que pasea con gabardina, fólder bajo el brazo y la bragueta abierta en el parque. Es el hijo que usa peluca, los vestidos de mamá, y empuña el cuchillo en la regadera. Norman podría ser cualquier sujeto de cuarenta que aún vive con su madre, sin trabajo fijo. Cuidado.
La autora nos invita a ser cómplices de cada uno de los poemas, principalmente por el gesto de honestidad con el que la poeta entrega su obra: “El nosotras no existiría sin las horas frente a la pantalla, nos alivian defectos, dramas y tu nostalgia de pájaros azules Trust no bitch. Si decides quedarte ¡SPOILER ALERT!”, dictan líneas de la sección “Orange (is the new black)”. Ese tender la mano es el que sentimos y reconocemos ante un “confía” imperativo, pero cargado de sensatez: no hay nada que a lxs lectorxs no se nos pida más que confiar y tender la mano a la hora de entrar a la poesía, reconociendo que cada vez que volvemos al mismo poema hay un sentido de transmutación, una sensación nueva en el efecto que nos produce, un “vivir en lo imprevisible” —a decir de María Baranda— dentro de la materia de su lenguaje.

Por otro lado, esa misma complicidad extendida se connota a través de la serie de referentes —relámpagos— culturales que nos han alcanzado en mayor o menor medida a cada unx de sus lectorxs en determinado momento. Al paso de Rojo AmanecerPsicosis, Twin Peaks, Keiko: Después de liberen a Willy, Orange is the new black, Black MirrorRoma, entre otros filmes, el libro de Arredondo nos lleva a dar un recorrido por la memoria formada —sí— gracias a diferentes discursos cinematográficos que nos hicieron identificarnos con recuerdos que olvidamos y refrescamos ante una pantalla, pero también a través de eso que no pudimos concretar en vida; de todo lo que fue un nunca-del-todo-consumado, desde las experiencias personales. Así aparecen encuentros eróticos, atmósferas alienadas, espacios viscerales de violencia que se desvanecen y fusionan entre la lucidez de los hechos históricos, la memoria colectiva y los sueños distópicos: ¡Click! el zumbido del flash. Con todo esto, nosotros también formamos una dirección de nuestra propia película. Y es que en el libro se conjuntan pasajes de experiencias vividas por parte del yo lírico con su recuerdo sobre películas o documentales, cuyas escenas entran en un diálogo expansivo.

La cámara salpicada, imagen sin censura. Entre respiraciones —que, en cierto punto recuerdan a los discursos de John Cage, Charles Bernstein, José Eugenio Sánchez o Luis Eduardo García— guiadas por recursos de collage de imágenes, black out, cut up y memes, el glitch del poemario se hace presente: hay una distorsión, donde la materia del lenguaje poético no puede ser prevista. No hay código que predetermine con precisión los rumbos de su lenguaje. La única medida de velocidad en este montaje de fotogramas está regulada por la memoria y sus ventanas: una cámara con movimiento de carrusel. La apuesta de la autora de Spoiler Alert es astuta, puesto que en la memoria existe la mayor posibilidad de extender imágenes (ese ceder tendidamente al extravío imaginario). En el libro se abre paso de la mentira a la realidad (entendiéndose como la realización individual de la percepción subjetiva de cada persona) y viceversa: “puesto que existe la tentación de creer en la realidad de lo imaginario, acabamos por hacer una verdad de nuestra mentira”, a decir de Luis Buñuel. En este sentido, el develamiento de los datos importantes sobre la trama de alguna proyección es un motivo para repensar que un spoiler no es un estropeo, sino una ventana a saber, que cada lectorx, cada espectadorx, no es lx mismx cada vez que vuelve a un poema como una película.

Cabe decir que la generosidad de la poeta es vasta, pues hacia al final del libro la escritora añade “Filmografía”, un apartado donde enlista la serie de discursos audiovisuales con los que dialoga en sus poemas. De modo que no sólo podemos quedarnos en una ruta de lectura horizontal, sino que —en el caso de desconocimiento— podríamos acudir a revisar el material fílmico para entrar en el behind the scenes del poemario, hacer el ejercicio con el sujeto poético y plantear expansiones discursivas con nuestros propios recuerdos, experiencias y ensueños. ¿En qué motel habremos de salir corriendo, enfrascadxs por el miedo? ¿Qué habría pasado si esa llamada perdida la hubiésemos tomado? ¿Qué Norman Bates nos rodea todos los días con una daga oculta?





Mariana del Vergel (Aguascalientes, Aguascalientes, 1998). Es escritora y editora. Fundadora del Encuentro Nacional de Revistas Literarias (ENAREL) “Fernando Benítez” y coordinadora del primer Encuentro Nacional de Mujeres Poetas Jóvenes y del libro Discéntricas. Muestra de poesía joven mexicana de mujeres (2021). Ha publicado sus poemas y ensayos en diversas revistas literarias como Periódico de poesía, Carruaje de pájaros, Este País, Círculo de poesía, Revista Feminismo/s y Liberoamerica, así como en las antologías Novísimas. Vol. II (2021), Crisis (2021) y Raíces a una voz (2021). Becaria del Curso de Creación Literaria para Jóvenes de la FLM/UV en 2021 y del PECDA en 2020. Es directora editorial de la revista Los Demonios y los Días (www.losdemoniosylosdias.com).

 

Punto en Línea, año 16, núm. 110, abril-mayo 2024

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fecha de la última modificación 10 de abril de 2024.

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