POESÍA / agosto-septiembre 2022 / No. 100

Mes del Orgullo™


Andrea Trillanes Ruiz



¿Qué tengo que celebrar?
Han pasado tres años
en que esta penumbra que cargo
dobla mi espalda, quiebra mis vértebras.
Destruye mi ánimo…

Es junio y mi orgullo lo tengo guardado.
¿Cómo celebrar si sólo consigo
respirar bien cuando fumo un cigarro? No importa que
mis pulmones se llenen de humo que los envenena. Así respiro.

Si trato de respirar y no tengo un cigarro entre mis labios
siento que me estoy ahogando.
A pesar de ser Junio, el Mes del Orgullo™,
no veo motivo para celebrar. Me limito
a inhalar el tizne que envenena mis entrañas.

Para celebrar con orgullo,
Quisiera tener la estructura
de un software que procese archivos de audio.

Quisiera poder agregar un platillo a la guía.
Sobreponer otras percusiones. Repetirlas,
repetirlas en loop hasta crear el ritmo celebratorio,
ese que es apropiado para el Mes del Orgullo™.

Quisiera agregar una melodía sobre ese latido
que saldría de las bocinas.
Grabar las palabras que escribo sobre papel
y producir una pieza musical.

Una pieza que celebre este Mes del Orgullo™.

Pero sólo tengo estas palabras que he escrito
sobre una tableta. Sólo tengo esta pobre metáfora
que mi lápiz sin tinta dibuja sobre la pantalla.
Me falta el verso que forme una percusión
con sus consonantes y una melodía de sus vocales.
Me falta aquella métrica que haga del recitar
el poema una experiencia melódica.

Me gustaría celebrar con orgullo que ya es Junio.
Pero vivo en el Estado de México y
aunque tuviera pareja, ella y yo no nos podríamos
casar en este estado sin un amparo.

Incluso cuando los pájaros de afuera de mi ventana cantan
celebratoriamente su melodía producida
desde la siringe… aquella melodía
que anuncia la llegada de la tarde, el
regreso a su casa: el árbol que los protege de la noche…
este estado de apatía en el que me encuentro es inamovible.

Desearía tener una siringe con la cual
recitar los versos que me gustaría escribir
si supiera cómo celebrar el
Mes del Orgullo™.

Pero mis familiares siguen susurrando mi
sexualidad entre dientes, ellos tienen cuerdas vocales
con las cuales ridiculizar en staccato, les
falta una siringe para armonizar sin odio.

Ser La lesbiana de la familia™ es el título
con el que se refieren a mí cuando no estoy en su presencia.
Como si fuera un pacto decir lo que da pena
ajena cuando la persona en cuestión está ajena a la
habitación donde se susurra tal pena.

Llevo más de 10 años sin estar ahogada por
las oprimentes puertas de mi clóset, pero los
otros luchan por no abrir las suyas. O no dejarnos
abrir las nuestras por completo.

Junio es orgullo para mis padres porque mi hermano
obtuvo una promoción. Orgullo les da que se vaya
de viaje con su esposa. Orgullo que vivirán
felices para siempre. Hombre y mujer.
Orgullo les da que no sea diferente. No como su hija.

A pesar de su pena, soy lesbiana, con orgullo,
sólo estoy cansada como para celebrar. Dirán que
me falta serotonina para celebrar con Orgullo™.

Lo que nos falta es podernos casar
en 5 estados sin necesitar un amparo.

Nos falta que sean prohibidas las
terapias de conversión en otros 23.

Nos falta el respeto de la izquierda mocha
y la derecha hipócrita.

Nos falta que mis amigas no sean la campaña
discriminatoria encabezada por un cuadro confundido,
que escribe su nombre con “q” de queso y “r”, “i” de risa.
Un cuadro que piensa que la posible inclusión de las mujeres
trans es más peligroso que un feminicida hecho y derecho.
Eso a mí no me cuadra.

Puedo decir que hoy celebro que respiro,
aunque sea en penumbra, aunque respire
veneno al inhalar el humo del cigarro.
Pero al menos respiro… Pero Camila y Alexa
ya no respiran.

¿A eso se reduce mi celebrar? ¿A agradecer
 que tengo mejor suerte que mis compañeras?

Repito,
¿qué tengo que celebrar?

Celebraré cuando el Mes del Orgullo™
no sea condicional.




Andrea Trillanes Ruiz (Atizapán de Zaragoza, Estado de México, 1994). Es intérprete y traductora médica. Estudiante de Filosofía. Escribe poesía y ensayo en español e inglés.

 

Punto en Línea, año 16, núm. 110, abril-mayo 2024

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