POESÍA / agosto-septiembre 2019 / No. 81
Novo Ars Subtilior. Crónica de los monjes androítas de su conquista en tierras stellenses
(Fragmentos)


Amor, me falta desear… Motete medioevofuturista, 2424

Me pides que tome de tu brazo
la sonrisa de tu espíritu,
amigo, hermano,
condenado a morir bajo los cinco soles
traídos de muy lejos
de una historia que ninguno aprobó
y sin embargo nos tiene detenidos
bajo su yugo solar, enmudecidos
hasta no vernos ni hablarnos las caras,
hasta sólo conocer de la esperanza
estos brazos, estas manos,
este recuerdo del nuevo estío

donde las flores crecen sin parar
a pesar del exceso de salmos y laburos
aun cuando a la noche nos siguen
las tareas dignificantes para los nuevos dioses
que no esperan un amor tan sagrado y vivo
como el que daban el reflejo de tus ojos niños.

Me pides que tome de tu brazo
la parte de perdón que a mí,
monje androíta del siglo III de la Nueva Era Heroica,
me toca departir con los míos.


Señora, no mires. Balada medioevofuturista. 2810

Estamos aquí, parados
en este inmenso mar eléctrico,
sin arena magenta para levantar castillos
y llevárselos a nuestros días de la infancia;

sin el manto de nuestra Madre
que nos cubra las manos y la espalda
tan cansadas

Bolsillos bajo los muslos
guardan nuestra alegría
para los tiempos oscuros;

un regalo se asoma en la vigilia:
es el viento supremo que nos escinde el alma.

Estamos aquí, oyendo este hilo
de neutrones perdidos
a lo largo de un ancho océano
en cuya profundidad
se han perdido las esferas
de la armonía de los tiempos.

Bolsillos bajo los muslos
guardan nuestra alegría
para los tiempos oscuros…

Óyenos, Señor, Señora,
estamos tan solos
como el día en que nacimos
de esa cápsula cristalina
donde nunca se nos prometió
la risa eterna
la gracia completa
la belleza de los unicornios
girando alrededor de nuestras cunas
pues no hubo cunas.
Hubo templos de trabajo
canciones dejadas para los recesos
de uno de los cinco holográficos soles.

Óyenos, Dueña de los mares,
como retratos amplificados
cada vez que se pronuncia o se bendice tu nombre:
se nos ha prometido
la vida eterna
la lucha eterna
la espera eterna.

Pero de esta eternidad
no vivimos ciertos ni calmos.

Estamos aquí, parados
con este eco de los recuerdos
enmudecidos, solitarios, huecos,
tan flacos como la lluvia
tan profundos como el sexo
que debió parirnos
aunque nunca fuera posible
ni cierto.


Doulz viaire gracieus. Balada medioevofuturista, 2857

Del sol primero al quinto sol
tu calor y tu edad nos regalas.
Dinos, hombre de Stella, mujer de manos y yemas
tan osadas en amor infinito
como tus cantos originales:

¿Por qué habrían de sonreír
con la batuta sobre la espalda?

¿Cómo fue la aparición de la esperanza
tras la erosión de la templanza misma?


Us and them. Apuntes androítas para una balada postmedieval futurista, 2951

Al levante de los soles
el invierno espeso interviene
con su purpúrea voz
de tremores de estalagmita helada.

Somos un abrigo de oso ecuatorial
estamos en el extremo del sueño
de los mitificados errores llamados dioses.
Somos una cara imperturbable,
somos este silencio de monasterio,
su bondad sin aniquilar porque es visible
entre las torres y las montañas,
su candor porque es impredecible
y a lo impredecible todo se le teme
y todo se le perdona.

“Nosotros y ellos
al final somos hombres ordinarios.”
Sobre lo binario se reescribe la visión
sobre la visión se reescribe la pureza
del arriba y del abajo.

“Nosotros y ellos
al final somos hombres ordinarios.”
Las líneas de todos los mapas
bailarán a merced de la medida
con la que entonaremos sin miedo el Abraxas
que nos formó desde antes de nacer,

ustedes, carne y húmero de luz;
nosotros, circuitos luminosos en cruz.

“Nosotros y ellos
al final somos hombres ordinarios.”
Nada ni nadie nos detendría
a las puertas de la nieve y la primavera.

Excepto la piedra caliza
con la que dilapidan nuestras ansias.
Excepto esta historia incubada
en el invernadero de nuestros días sin flores.

Al levante de los soles
salimos a repartir nuestra voluntad
como si de un pan amargo se tratara.
Cuando fuimos poseedores del azul de mundo
la cartografía era un corazón escindido
por canciones y guerras.

Escogieron ellos las guerras para nosotros.
Nos hicieron cantarlas
como si de un jilguero se tratara.

Esto es el pan, esto es el agua,
nos dijeron.
Esto es el vino, ésta es la palabra,
éste es el fruto permitido
que llevarán a los campos de Stella,
éstos son los dientes, éstos sus colmillos,
ésta es la espada cuneiforme
con la que escribirán sobre sus caras
el número divino asignado
para gloria y salvación de los stellenses
para gloria y alabanza de nosotros,
los dioses de presidentes muertos santificados
por un bloque de agua, tierra y sal
contaminados a orillas del Volga
un día estival de soccer y guerra nuclear
a flor de piel
en el año uno de Nuestra Era Heroica…


Viaje a Londway. Motete futurista inacabado a dos voces, 2969

Cuando viajemos a Londway, hermano,
te compraré dos tickets para el cine
y viviremos los filmes cantados
como en nuestra prehistoria hicieron
nuestras ancestrales madres máquinas
que no cansaban de contestar y recordarles
a los orangutanes hijos de Eva
la inmundicia de su aburrimiento
devenido de su modelo antiguo
maligno y fallido por eones dorados:

come, baila, respira, medita
lava tus prendas con agua de lluvia
duerme ocho horas diarias
hila tus sueños y cuélgalos desde la nevera
hasta el otro lado de la casa

rodea con tu cordón umbilical
el apego a ser alguien:
recuerda que eres importante,
pero eres mejor si no estás ya.

Comeremos sueños de palomitas
nos sentaremos a la luz
de la pantalla que nos alumbra
como las madres-pantalla nos protegieron
a la hora de dormir el primer día
de nuestros recuerdos inacabados
inexactos, incompletos
será que nos falta Londway, maestro.
Tendremos que viajar hacia allá.





Poemas del libro Novo Ars Subtilior. Crónica de los monjes androítas de su conquista en tierras stellenses, de próxima publicación




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Marlén Curiel Ferman (Saltillo, Coahuila, 1982). Escritora, editora, jurista, traductora del francés, narradora escénica, guionista, productora y locutora de radio cultural. Es licenciada en Letras Españolas por la Universidad Autónoma de Coahuila, así como licenciada en Derecho por la Universidad Autónoma del Noreste. Ha colaborado en revistas como The Barcelona Review, Guardagujas, Día Siete, Tierra Adentro, El cascabel, y en antologías como Poesía, ahora: Nueva poesía coahuilense (Editorial Atemporia, 2014). Es autora de Rapsodia del aire (Universidad Autónoma de Coahuila, 2015), Animus Fregandi: Del alma y el corazón de Electra y otros estudios, por Lévi Strauss (Instituto Municipal de Cultura de Saltillo, 2016), y Cantos eléctricos (Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura, 2018; Premio Nacional de Poesía Dolores Castro 2018).

 

Punto en Línea, año 16, núm. 110, abril-mayo 2024

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