POESÍA / febrero-marzo 2019 / No. 78
Háblame, musa, de aquel varón
HÁBLAME, MUSA, DE AQUEL VARÓN:
pues ésta no es mi historia, es la historia de los hombres de mi vida,

aquel que trazó la cartografía de mi cuerpo
aquel que, bajo las manos, escondía las espinas
aquel que se llamaba como mi anterior novio
aquel que me enseñó que su moneda era la única la verdadera
aquel que partió sin avisar
aquel que de espaldas era un gran orador
aquel del que no supe y no estuve en la hora de su hora
aquel que me abandonó al toro y a la soledad
aquel que era pájaro en mano, y la mano no era la mía: era la de cualquiera
aquel de la casa vacía y las manos llenas, donde se estrellaban todos los pájaros
aquel que me hacía cantar tú eres la tristeza, ay, de mis ojos, que lloran en silencio por tu adiós
aquel que me preguntó si tenía miedo
aquel que fue de ella, siempre de ella y del miedo que aún le atenaza el cuello
aquel que me enseñó el miedo, el frío, el que baja y se pierde por la espalda
aquel que brazos mordidos, manos atadas, espalda chupada.

Toma un respiro
descansa de
aquel que me mostró la mejor manera de arder
aquel que fue vampiresa en tu novela, la gran tirana
aquel que me dio un beso y me convenció de ir mucho más allá de eso
aquel que me habló cuando la mañana empezaba a herir la noche
para decirme:
                    soñé contigo, era una pesadilla, y te decía que no te quería,
                    lo decía tantas veces para que estuvieras seguro y nunca olvidaras que no te
                    quiero.

Toma un respiro
descansa
de
aquel que, Oráculo de Delfos, dijo: los muertos no rumian rabia ni tristeza ni perdón.

Toma un descanso. No.
Ahora. No, tal vez después de
aquel que me enseñó que lo que no se dice es omisión
aquel que me enseñó que la omisión es traición
aquel que, siempre exagerado, me esperaba en la barra,
flequillo al costado, el marfil entre los dedos buscando al hombre justo, aprendiz de brujería
aquel que hace siete horas, siete días, siete meses, siete años, siete siglos, detuvo el tiempo
aquel que se llamaba como el salvador y me crucificó para su gloria
aquel que es la palabra de la que no puedes seguir abusando.

Háblame, musa, de aquel varón de multiforme ingenio que, habiendo derribado
    las murallas de la sacra ciudad de Troya:


olvidó que
yo era el mar
y era el mapa
y era Ítaca.



Los mercaderes del templo

¿Qué pensaron? ¿Que correría? Alguien más tiene la batuta.
Mis maletas se las llevaron en otra mudanza, que no fue la mía.
Alguien trabaja. Alguien guardaba para ti, la sábana tendida bajo el sol.

Alguien me prometió que la tierra y los golpes contra
la tierra                                  no dolerían así.
                      Así se le llama: madurar.
Arar la tierra. Guardar la casa. La llave que destruye todas las llaves entre los pechos,
    al lado del corazón, un vaivén erróneo,

como soldado que pierde el paso.

Las paredes de tus malos sueños te protegen de los muertos.

Mi vientre es de ballena,

mi vientre está vacío, no hay inquilino que pague la renta, quizá no lo haya nunca. Alguien
    dice que a nosotros no nos avisaron

                    
                 pero sí lo hicieron.

Lo hicieron cuando se llevaron las maletas.
Cuando se secaron las plantas del jardín de atrás porque nadie velaba por ellas. Dime, hija, qué es
    lo que te falta
         ahora. Qué es lo que te duele
                                         ahora.
Dime, hija, dónde escondiste los muertos de tu batalla,
      ¿en cuál orilla boca abajo?
Yo estudié leyes dos años y medio. No me arrepiento. ¿Qué es lo que te
                             falta ahora?
Conozco el sabor de la tierra. El color del carbón.
Me acusaron de vender lo que se pudiera vender y no estuviera atado,
               como mi memoria, aquí en este departamento que es
               mi pequeño reino. Mi atalaya. El vientre de la ballena.

A esta edad con nuestros años, dime, hija              ¿qué esperabas de la vida? 

****

De frente el bulto. El terror. La casa pequeña.

Uno sobre otro sobre otro: las locas liosas de boca amplia, de cadera para abajo y por detrás
    bocas amplias que eran grandes oradores,

de péndulos colgando entre las piernas: uno sobre otro sobre

otro: las caderas secas, los cuellos trenzados, las manos: así

tan así tú y yo juncos jóvenes bailábamos al son de Juanga

una noche se quemaba en mi garganta: una dulzura de sal y tierra seca: se quemaba en mi
    garganta:        el silencio        inocente        asesino.

Los besos no te tocan, las agujas sí. Volví mi cuerpo muñeco de vudú. Tengo tres
    en el corazón.

Vengo arrastrando mis huesos y mi hígado ¿lo oyes? cañería obstruida vengo sobre
    el vientre del niño que fui. Ahora soy el adolescente envejecido el junco joven

doblado sobre su peso que es el peso de tu cuerpo junto al mío.



Saliendo de la enfermedad

          [Mi sangre coagula rápido]
El médico dice infección. Receta: antibióticos
El psicólogo dice no enamoramientos por un mes.

                                   Receta: antirrábicos
          [Mi sangre coagula rápido]
Pero tienen miedo de enfermedades del
              pasado lejano: pronunciar clonazepam
fue abrirle la puerta a alguien más que nunca debió ser yo
          [rojo sobre rojo no da azul]
a cada corte en perpendicular / la aguja entra de manera distinta

    alégrate:        te digo.
    alégrate:        te pido. 

camareras que sirven café tibio              en hoteles lo más baratos posible 
pero sin caer en hostales          de nuevo         porque hemos madurado, 

los gatos maúllan distinto   comen separando los huesos
                               y lamiendo las agujas.

Alégrate:            te ruego,
porque hemos aprendido a suturar heridas que parecían
insalvables:                   alégrate
el sol calienta más y por mucho que te pongas de rodillas
                                                          los muertos no vuelven



#‎Nomepreguntescómopasaeltiempo


Prólogo
Si vuelves, si no vuelves…
Horacio, no nos conocemos ¿qué tendría de diferente la vida?
Si estás, si no estás… no nos conocemos y yo pensaba que eras mío

PAOLA LLAMAS DINERO



Hace cuatro años se murió la loca del muelle de San Blas.
Traje de cangrejos. Su sangre se volvió sal. Su vida se volvió un cangrejo,
caminando hacia atrás rumbo al recuerdo. La sangre dejó de correr,
como la mujer de Lot,
pero mejor,
                porque ella no rompió su promesa #‎Esperandolaúltimaola‬

Mi abuela la loca, que no piensa más que en que la muerte,

cumple años en una semana #‎Esperandolaúltimaola‬
‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬
No he decidido si tengo o no el síndrome de Estocolmo.

Sé de sus manos que son largas y su pelo rizado, espiralado, niño de maquinaciones infinitas, no sabe qué quiere.

¿Puedo culpar al mar de todas mis desgracias?
Tengo muchas notas dispersas por todas partes
ninguna hace un todo,               ni unen

correctamente lo que             pienso.
‪#‎Simedanaelegir #Mequedocontigo‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬

Flor María Nuñez; no tengo idea de quién es,
su nombre apareció en el timeline. En
el timeline todo siempre es tiempo presente.
‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬
Ya nada es tan barato como antes, excepto tú.
No diré quién dijo eso.
Juro que todo saldrá bien.

Juro que se parecía mucho a ti.
Juro que amé/ los golpes de sus piernas/ Digo que amé/ los golpes de sus
piernas.   #Ellalejurósuamor

Todos los enfermos se buscan entre ellos. Lamen sus llagas.
Se acarician bajo el aire acondicionado en sueños limitados por las drogas legales.
El sudor en la lengua, la sal en la lengua que se parece a todas las lenguas,
como recuerdo del mar interior. Nada, nadie nunca del mar huye,
aunque nazcas, como Lot y como yo, entre montañas. ‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬
¿Quién se va conmigo? O peor aún: ¿a dónde?





Epílogo
  Porque yo era un mar solamente y eso nunca fue suficiente.
Me llamaban mar donde navegan: Perseos, Príapos, Ulises.
Me llamaban amor pero tú…
Me llamaban amor pero tú…
Me llamaban amor pero tú…
Nunca.

MARTHA RODRÍGUEZ MEGA




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César Bringas (Tehuacán, Puebla, 1990). Estudió Lingüística y Literatura Hispánica en la BUAP. En 2007 quedó en la lista de honor del Premio "Jordi Sierra i Fabra" para Jóvenes Escritores. En 2015 ganó el VII Premio Nacional de Poesía "Desiderio Macías Silva", en 2016 el Primer Premio Nacional de Poesía LGBTTTI y los LII "Juegos Florales de la Revolución Mexicana". Ha publicado los libros Limosna para los pájaros (Editorial Montea, 2015), Aquí vivimos con una mano en la garganta (LUMA Foundation, 2017), Los Cuerpos Cautivos (Texere, 2018) y ¿Te acuerdas? (Instituto Cultural de Aguascalientes, 2018; XXXV Premio Nacional de Literatura Joven "Salvador Gallardo Dávalos"). Fue becario del PECDA en el 2015.

 

Punto en Línea, año 16, núm. 110, abril-mayo 2024

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Responsable de la última actualización de este número, Dirección de Literatura, Silvia Elisa Aguilar Funes,
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fecha de la última modificación 10 de abril de 2024.

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