Me duelen mis manos como gotas que estallan rompiéndose en un abismo oscuro e infinito Me duele mi voz en lo profundo del vacío Me duelen mis ojos como estrellas que han dejado de brillar Me duelen mis risas que son pálidas ya como sombras Me duele mi corazón como mil tórtolas perdidas sin destino Me dueles, me dueles como la melancolía que se respira en los días que no hay sol me duele tu ausencia como una herida que desgarra mi piel Me duele, me duele esta alma que se aferra a un sueño como a una estrella como una nube Me duele la noche que me sabe a memorias fósiles Me duele el viento como mil navajas que penetran en mi sangre Me duele el eco que aun queda en las paredes como una flama ardiente Me duele tu vació que en mis cobijas sabe amargo como aire que en la boca del estomago sofoca Me duele tu voz la de la palabra que produce en mi esta tormenta que me sacude y adentro escarcha.
La rosa amarilla
Para ti en esta rosa amarilla el sol un campo dorado y un canario.
Para ti en esta rosa amarilla mi corazón que es sol mi cuerpo que es un campo dorado y mi alma que es un canario.
Para ti en esta rosa amarilla mis ojos, como estrellas y de mis labios de este fuego encendido un beso que arde y se propaga.
Lluvia
Gotas tristes de la lluvia de palabras van cayendo lentamente, sobre mi y sobre mi alma Su vaivén que es danza que es ritmo y movimiento me hipnotiza en calma y me marea Cada gota es una imagen mil palabras mil sombras, mil mares Cada gota que cae y estalla rompe mundos gesta libertad en otros
Oh lluvia de mil palabras que de una en una tejen las estrofas de un poema indescifrable que sin decirlo, lo dice todo: Que sus gotas son de vida y son de aliento Que su crepitar es voz y es canto Que su fluir constante es equilibrio Que su caída inevitable es ritmo Que su trueno es murmullo que resuena alo profundo y aun perdura Que su escampar así de pronto es la voz que ha dejado de pronunciar palabra Que su silencio es invisible Que sus gotas al caer aun suenan como latidos.
Andrés Suárez Palazuelos (Leon, 1981). Es fotógrafo por la Casa del Diezmo de Celaya, Guanajuato. Cursó dos años de la carrera de producción musical en la escuela G Martell de la Ciudad de México. Actualmente, estudia literatura y participa en un taller del Instituto Cultural el Nigromante, de Bellas Artes, en San Miguel de Allende.